La crisis industrial de la UE

Jose Politano

Regasificadora de Mugardos (A Coruña)

Cómo la industria europea está lidiando con los altos precios de la energía y quién está tomando el relevo. 

La Unión Europea se encuentra en medio de una aguda escasez de energía a raíz de la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Los esfuerzos de Vladimir Putin para aislar partes significativas de Europa de los suministros críticos de gas natural han infligido más daño a las economías europeas que ya estaban luchando en medio de la pandemia. El gas natural no solo es esencial para la calefacción, la cocina y la electricidad en el hogar, sino que también representa suministros de energía críticos para la industria europea y un aporte directo a muchos procesos de fabricación.

Los países europeos han decidido razonablemente que los hogares y los consumidores deben tener prioridad sobre la industria para los suministros limitados de gas natural (el jefe de la Confederación del NHS de Gran Bretaña advirtió sobre miles de muertes debido a la calefacción insuficiente este invierno a menos que se tomen medidas rápidas) y han hecho un esfuerzo concertado para almacenar gas para este invierno y obtener suministros desde fuera de Rusia. En este momento, las instalaciones de almacenamiento de gas de la UE están llenas en un 95 % y el bloque obtiene más gas natural de Estados Unidos que de Rusia.

Aún así, quedan preguntas importantes para la industria europea. Aceptando que tomará tiempo para que la producción nacional de energía aumente y para que se desarrolle una mayor capacidad global de exportación de gas natural, existen esencialmente tres formas generales en que la industria europea puede responder a la crisis energética: aumentar la eficiencia energética para hacer más con menos, importando más bienes manufacturados del extranjero, o aceptando una producción real más baja. 

La buena noticia es que la industria manufacturera europea definitivamente está haciendo más con menos: la producción manufacturera de la UE-27 alcanzó nuevos máximos históricos tanto en agosto como en septiembre. La fabricación alemana, que tenía fuertes conexiones con el gas ruso a través del gasoducto Nord Stream, ahora cerrado, continúa rezagada, al igual que la fabricación italiana. Pero con el consumo de gas industrial alemán cayendo un 20 % , la disminución comparativamente leve en la producción industrial demuestra que algunas empresas se están volviendo más eficientes desde el punto de vista energético: una encuesta del instituto IFO mostró que el 75 % de las empresas manufactureras alemanas han ahorrado gas natural sin cortes en la producción.

Aún así, la fortaleza agregada oculta una debilidad significativa en sectores clave. La energía puede ser un insumo básico en prácticamente todos los procesos de fabricación modernos, pero la intensidad energética de las diferentes industrias varía enormemente. Las industrias que dependen más de la energía o el gas natural, como los metales y los productos químicos, han sufrido mayores impactos en la producción en medio de la crisis energética. La agencia estadística alemana desarrolló un índice especial de industrias manufactureras intensivas en energía (a saber, producción y procesamiento de metales, fabricación de cristalería y cerámica, fabricación de papel y cartón, y plantas de coque y procesamiento de petróleo) y mostró que la producción intensiva en energía ha bajado un 10% este año. año mientras que la producción total se mantuvo estable. Esas industrias consumieron el 76% de la energía industrial alemana en 2020 , por lo que estos sectores están experimentando caídas en la producción y por qué las grandes reducciones en el consumo de energía pueden afectar solo a unos pocos sectores manufactureros.

Dentro del sector químico, la producción de plástico, caucho sintético y fibras sintéticas está teniendo algunos de los mayores impactos, todos los cuales han experimentado disminuciones del 15 al 20 % en comparación con 2018. Los datos sobre la producción de fertilizantes nitrogenados, un insumo agrícola clave, se vieron especialmente afectados por la pérdida de suministro de gas natural— solo está disponible para la Eurozona, pero aún muestra una caída del 10%. 

Dentro de los sectores de producción y procesamiento de metales, son el cobre, el hierro, el acero y las fundiciones de metales los que han experimentado las mayores caídas en la producción. La producción europea de hierro, acero y ferroaleaciones ha bajado casi un 20 % con respecto a los niveles de 2018 y la producción de cobre ha bajado un 10 %.

Por lo tanto, la fabricación europea hasta ahora se ha mantenido resistente frente a la escasez de energía del continente, aunque varios sectores clave de uso intensivo de energía están sufriendo dramáticamente. Sin embargo, vale la pena ubicar las caídas de la producción en el contexto de la escasez mundial de bienes y compararlas con el contrafactual de la crisis sin energía: la producción manufacturera europea está estancada en un momento de escasez mundial masiva de bienes y precios elevados. La capacidad inactiva debido a la escasez de energía es la capacidad que no puede cubrir la enorme brecha entre la oferta y la demanda mundial.

Aún así, está claro que los productores europeos hasta ahora están haciendo más con menos, aumentando la eficiencia energética de sus operaciones y manteniendo la producción relativamente estable durante la crisis. Pero en los sectores con caídas de producción, ¿están los europeos importando más del exterior, o simplemente están viviendo con menos?

La respuesta parece ser un poco de ambas: las importaciones de bienes clave han aumentado significativamente, en particular de EE. UU. y China. Mientras tanto, la recuperación pandémica de la UE y el crecimiento de la producción real se han estancado gracias a la crisis energética. La rapidez con la que se recupere el crecimiento europeo y el tiempo que la UE siga dependiendo de las importaciones externas tendrá implicaciones críticas para las perspectivas económicas mundiales... 

El artículo original se puede leer en inglés en Apricitas Economics

Artículo traducido por L. Domenech