La era de los intangibles
Aranceles, Tecnología y Trabajo
El futuro del trabajo ya está aquí, pero nuestras políticas sociales están estancadas en el pasado.
En un mundo impulsado por la tecnología, los intangibles y los patrones de trabajo cambiantes, el presidente de la junta directiva de INET, Rohinton Medhora, insta a un replanteamiento audaz de cómo apoyamos a las personas a lo largo de la vida.
Las
últimas semanas han estado marcadas por los anuncios de Donald Trump de
imponer aranceles más altos a casi todos los socios comerciales de
Estados Unidos. Estos aranceles se han justificado bajo la agenda de
"Estados Unidos Primero", que busca recuperar empleos en el sector
manufacturero y, según el ala populista de la coalición de Trump,
restaurar la posición de la clase media estadounidense.
La
implementación de estos aranceles ha sido, como mínimo, errática.
Inicialmente, se incrementaron las importaciones de China, México y
Canadá, algunas de las cuales se pospusieron posteriormente. A esto le
siguió, el 2 de abril —conocido como el "Día de la Liberación"—, un
aumento radical de los aranceles para casi todos los socios comerciales
de Estados Unidos, lo que provocó medidas de represalia (por ejemplo,
por parte de China y la Unión Europea). El colapso resultante de los
mercados financieros provocó un nuevo aplazamiento de los aumentos para
todos los países, excepto China, para la cual los aranceles aumentaron
aún más. En respuesta, China amplió sus aranceles a las importaciones
estadounidenses. Al momento de escribir este artículo, el último
episodio de esta serie fue el anuncio de que las importaciones clave de
productos electrónicos de China, así como automóviles y autopartes,
quedarían exentas de los aumentos.
Una pregunta importante
relacionada con estos acontecimientos es cuáles serán sus consecuencias
distributivas. ¿Son creíbles las promesas de una regeneración de la
clase media estadounidense? Se podría argumentar, por ejemplo, que, dado
que la propiedad de los activos financieros está distribuida de forma
muy desigual, el desplome bursátil de las últimas semanas es irrelevante
—ya que el mercado bursátil no representa la economía real— o incluso
beneficioso desde un punto de vista distributivo, ya que afecta
desproporcionadamente a las personas con altos ingresos y un alto
patrimonio.
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