El nuevo Estados Unidos que se nos viene encima: el gendarme global que ya no es líder global, pero si el mayor lobista del mundo
¿Alguna vez nos hemos preguntado por que los americanos fracasan tan a menudo cuando salen al mundo a arreglar algo? Quizás hubiera sido conveniente hacerse la pregunta tras ver a los americanos y a sus aliados salir corriendo de Afganistan. ¿Porqué los EE UU inician guerras que saben van a perder?
Pero es que les sucede lo mismo en otros ámbitos. Podríamos preguntarnos porque intentaron monopolizar las vacunas en vez de liberar sus patentes, o porque no están luchando contra en cambio climático. Puede que la respuesta sea que si lo hicieran les costaría dinero y dejarían de ganar muchísimo mas, y es que tras estos negocios (no son guerras, son negocios), (no es la pandemia, son negocios), (no es la contaminación, son negocios), alguien se está haciendo muy rico.
Así, los traficantes de armas ganan miles de millones mientras arman ejércitos que no ganan las guerras que ellos promueven. Las compañías farmacéuticas ganan miles de millones cada vez que hay poner fin a una pandemia, cuando renunciando a sus patentes sobre las vacunas beneficiarían a toda la población mundial; a su vez las compañías de combustibles fósiles ganan miles de millones contaminando el planeta con los combustibles que extraen y refinan contribuyendo al calentamiento global en vez de luchar contra el cambio climático. Solo hay que pagar a los políticos, a los bufetes de abogados y los burócratas para que no cambie nada y todo su tinglado siga funcionando, y así todo estará bien. Para ellos únicamente, claro. No hay nada excepcional aquí, es solo corrupción. Es el cabildeo, el lobby del mundo sajón.
Pero, ¿como hemos llegado hasta aquí?
Una simple observación explica bien el comportamiento de los Estados Unidos. La corrupción, donde quiera que se asiente, lo conecta todo, desde el apartheid de las vacunas que no llegan a los países que carecen de recursos, hasta las guerras perpetuas y la explotación de su propia gente para mayor gloria de su bandera. La corrupción del país, de los países en que se asienta, sin embargo, es casi imposible de entender hasta para sus propios ciudadanos, pues la gente no sigue los hechos y desconoce lo que se están haciendo sus gobiernos. La gente normal está a lo suyo, que ya es bastante para ellos.
Los EE UU se supone que son el país más libre del mundo, o al menos eso dicen ellos (a pesar de que no siempre se respetan los derechos humanos, ni los derechos civiles en su propio territorio), pero cada vez que se han metido en un lío, han salido por patas. Les han echado de Corea, de Vietnam, de Irak, Afganistán, de Kuwait..., no parecen ser un ejemplo de eficiencia militar, y si de como meterse en callejones sin salida.
Ahora parece que en lo militar han cambiado la estrategia. Ahora ya no se meten en el lío directamente enviando sus tropas, sino que le proporcionan las armas a un tercero que esté luchando contra alguno de los numerosos enemigos de los EE UU. Pasa en el Oriente Medio apoyando militarmente a Israel en su lucha contra Hamas e Hizbulá. Está pasando en Ucrania, a la que le proporciona ingentes cantidades de armas y dinero para que mantenga su lucha contra el mayor enemigo de ambos: la Rusia de Putin. Vende grandes cantidades de armas a Taiwán, Corea del Sur, Japón, Indonesia o Filipinas, que conforman el cinturón de contención de la expansión China en el área.
Puede que sea el país más avanzado, que sea la envidia del mundo a pesar de tener una infraestructura mas que deficitaria en muchos aspectos (tenemos los españoles mas red de 5G y mas Kms de infraestructura ferroviaria de alta velocidad que ellos en comparación con el tamaño de país), y tienen una expectativa de vida que está bajando, mientras que la expectativa de vida en España es la segunda mas alta del mundo. Podrían intentar averiguar a que se debe esta diferencia.
Pero aceptar estas verdades sería aceptar que su país no está tan avanzado como los americanos se creen, y tener que asumir esta certeza, casi ningún estadounidense lo aceptaría. Pero la verdad, no obstante, es clara y muy evidente; solo hay que mirar los datos e informarse un poco de las realidades del país.
Ahora hablemos de derechos. Los Estados Unidos tienen toda una industria carcelaria, con dos empresas al frente: Corecivic y GEO Group, construidas ambas en torno a un sistema judicial que "garantiza" el ejercicio de una libertad en "condiciones de igualdad para todos sus ciudadanos", pero todos sabemos que eso no es así, pues no todos sus ciudadanos tienen los mismos derechos en la realidad. Han convertido al sector carcelario del país en un buen negocio. La segregación racial es la causa, la padecen especialmente los negros y los hispanos.
De como se las gastan sus costosos sistemas policiales, hemos tenido conocimiento viendo las noticias, o por el cine (pues presumen de la policía que tienen), como detenían a ciudadanos con gran violencia, o disparaban a ciudadanos desarmados sin miramientos, y tras juzgarlos, los encarcelan (a menudo en cárceles privatizadas) que los convierten en mano de obra barata. Esto es increíblemente destructivo desde el punto de vista social, pero muy lucrativo para algunas personas, en este caso los carceleros-empresarios y sus accionistas que se lo quedan crudo.
Si ahora fijamos la mirada en el complejo militar/industrial que tiene Estados Unidos, este está construido alrededor de las guerras que el país tiene que tener periódicamente para así poder renovar su propio arsenal, deshaciéndose de las armas que ya se quedan obsoletas, para sustituirlas por otras tecnológicamente mas avanzadas, cada vez mas caras que las de la generación anterior, y para que finalmente el esfuerzo no valga para nada en apariencia, si es que van a perder la otra guerra, pero si que fue útil para la renovación de sus existencias armamentísticos. Cuantas armas, incluidos viejos aviones y barcos nos vendieron a nosotros los españoles. Recordemos el viejo porta-aeronaves Dédalo construido en 1943, que lucho en la Segunda Guerra Mundial prestando servicio en la U.S. Navy hasta 1.955, y que fue vendido a la Armada Española en 1.967, prestando servicio hasta 1.989.
Pero en cambio, los traficantes de armas salen de Halliburton (empresa de la que fue consejero Dick Cheney, Vicepresidente con George W. Bush , y que obtuvo jugosos contratos en Irak cuando estaban en el poder) o de la empresa misilística Raytheon (en la que el Secretario de Defensa Lloyd Austin formó parte de su junta directiva) a quienes compran las armas de sus propias empresas de las que entran y salen a través de sus puertas giratorias.
Luego arrojan las bombas más caras sobre las personas más pobres, mientras ven cómo explotan hacia arriba sus carteras de acciones. ¿Esto fortalece al país? Por supuesto que no, pero ¿a quién le importa? Hay más dinero que se está perdiendo o ya se ha perdido. La aventura de Afganistan les costó a los americanos mas de un billón de dólares. Otro tanto que se suma a lo que les costó la aventura iraquí, o la invasión de Kuwait, o la guerra de Vietnam, o la guerra de Corea, o la de los Balcanes, o la de Siria, por citar algunos de sus esfuerzos bélicos de la segunda mitad del siglo pasado hasta hoy. Todo ese flujo de dinero si hubiera sido invertido para tener un mundo mas sostenible, hoy no tendríamos el problema que tenemos con el cambio climático y el calentamiento global.
Digamos entonces que Estados Unidos hace estas cosas para beneficio de múltiples industrias. De cada necesidad, nace un próspero negocio: como el de la Sanidad (aunque la atención médica por parte de las aseguradoras privadas no funcione, pero sus cuentas de resultados si), el de la educación (aunque para ir a la Universidad un estudiante se tenga que endeudar de por vida para tener un título), o el del transporte (aunque las comunicaciones terrestres de media-larga distancia sean tan deficientes), todo esto se convierte en patios de recreo de capitalistas que engordan su patrimonio, aunque no tenga sentido para la población y les cueste dinero. Los estadounidenses pagan más para obtener menos, y al final del día, y a pesar de todo, aun puedan pensar que eso es lo que hace grande a América.
Ahora sigamos el rastro del dinero. ¿Quién es el dueño de esa deuda gigantesca generada por el país? ¿A quien le deben los americanos tanto dinero? ¿Quién se beneficia de las guerras? ¿Quién se enriquece con la enfermedad y la miseria?
Lo primero de todo: la deuda de los EE UU asciende a los 35 billones de dólares, de los cuales el 80% es deuda pública. De esta, el 23% de la misma está en manos extranjeras, y hablamos de casi 8 billones de dólares. China, Brasil, Canadá e India eran los principales tenedores, pero curiosamente China ha disminuido su tenencia de deuda estadounidense. Pero el deficit de la economía estadounidense sigue incrementándose, por lo que hay que cubrirlo con mas deuda. ¿Donde está el límite de seguridad de esta burbuja? y sobre todo: ¿cuando se piensa que pueda estallar? Son las dos preguntas del millón.
Todo ese dinero va a los bolsillos de los ricos, y se lo quedan porque dan propinas generosas. Ellos compran a los políticos, engañan a la población con filantropía y grupos de expertos sabelotodo, para obtener del gobierno lo que realmente quieren. Todo ello es fruto de un sistema que está corrupto.
¿Por qué los estadounidenses no ponen resistencia a esto? ¿Por qué no votan por sus propios intereses? Puede que los estadounidenses aún hoy se crean que el COVID-19 no pudo con ellos antes de rendir su orgullo y reconocer que su sistema sanitario no llega a todos. Puede que tengan los mejores hospitales del mundo, pero eso no les proporciona un sistema sanitario universal e igualitario. Saben que el derecho a la salud es únicamente para quien puede costeárselo. Observarán los californianos, epicentro de lo tecnológico, del entretenimiento, y de no se cuantas cosas mas, como arden los bosques a su alrededor antes de admitir que estaban equivocados en lo del cambio climático, que ya no es posible seguir quemando combustible para ir de compras al centro comercial.
Incluso para la gente fuera de Estados Unidos, es muy difícil percibir que Estados Unidos sea realmente tan malo, porque únicamente vemos lo que nos enseñan y lo que nos venden. Estamos acostumbrados a admirar a Estados Unidos por sus empresas: de Apple a Google, de Amazon a Microsoft, de Facebook a Twitter, de Disney a Netflix, etc., grandes empresas globales que no pagan impuestos en los países en los que operan y en donde obtienen pingües beneficios, arruinando el comercio local que no puede competir con ellos, y de donde extraen todo cuanto dato pueden para vender la información para publicidad y sabe Dios con que otros fines a quien pueda pagar por ella.
Ya nos puso sobre aviso su anterior presidente, aparentemente dedicado a jugar al Golf en espera de la próxima oportunidad para recuperar la presidencia. Primero Trump nos mostró todo su repertorio de lo que es capaz de emitir por esa boquita, lo bastante para ponernos en situación, comenzando por su famoso América First, siguiendo por el desprecio por sus contrincantes, y ahora de vuelta a la política bajo el slogan Make America Great Again.
El COVID-19 expuso a las instituciones estadounidenses ante la pandemia, mostrándole al mundo la incapacidad de su sistema sanitario para resolver el problema.
En lo militar, vimos como Afganistán, un país con dos ejércitos: uno regular al servicio del Gobierno local, entrenado, armado y pagado por los occidentales (aunque muchos de estos soldados se quejaban de que no cobraban), y otro de milicias mal equipadas, peor armadas y de gente pobre, mas parecido al ejército de Pancho Villa, y como este se ha burlado de sus Fuerzas Armadas y de los tecnológicos ejércitos de los países occidentales que fueron a ese país según Biden a acabar con Al Qaeda y que después salieron por patas del mismo expulsados por ese ejercito de Pancho Villa. También sufrió este escarnio el Ejercito Español como los de otros países "desarrollados" que allí fueron a perder tiempo y el dinero de sus contribuyentes.
Todo lo que dejaron atrás fue un país colapsado, en retroceso hacia unos postulados integristas y sin el mas mínimo derecho, sin respeto por la vida, y con la Sharía como único cuerpo legal en vigor (pobres mujeres...). Y ya estamos de nuevo en el punto de partida. Menudo negocio el que emprendió el pueblo norteamericano, al que arrastró a los países europeos.
¿Qué está acabando con América?
En pocas palabras, la corrupción y el afán de la riqueza que acaba con todo lo que se le pone por delante, pisoteando incluso los valores y los derechos inherentes a la democracia. Es ese sonido de succión gigante que se escucha cuando los capitalistas están chupando toda la riqueza hacia arriba y dejando ahí abajo a todos los demás con la cuenta de gastos y sus correspondientes intereses que vamos a tardar lustros en liquidar. Es el negocio para los bancos y fondos de inversión y la ruina para todos los demás. La corrupción y el afán de apoderarse de todo son la razón por la que Estados Unidos hace todas las cosas estúpidas que causan tanto daño a su pueblo, a sus aliados y al mundo. Solo están siguiendo el rastro del dinero que ansían para engordar sus cuentas.
Con estos valores se hizo Trump rico, y con estos valores va a dirigir los destinos de su país. Ya comenzamos a saber como lo va a hacer viendo los nombramientos elegidos para las principales carteras de su gabinete. Entre otros:
- El doctor Oz, el defensor de la medicina alternativa, será el nuevo administrador de salud con su nombramiento para dirigir Medicare.
- Linda McMahon será la próxima secretaria de Educación. Exejecutiva de la empresa de lucha libre World Wrestling Entertainment (WWE), ya formó parte del primer Gobierno del magnate neoyorquino.
- Marco Rubio, senador por Florida, será el próximo Secretario de Estado. Es de origen cubano, y es considerado un "halcón de la política exterior americana".
- A Elon Musk, propietario de Space X, la red social X, de Tesla y otros negocios, le ha nombrado Director de Eficiencia Gubernamental, con la promesa de aligerar en un tercio el presupuesto federal para la administración del país.
- Pam Bondi será la próxima Fiscal General. Tiene experiencia como lobista de grandes empresas.
- Susie Willes será la próxima Jefe del Gabinete de Trump, responsable de su estrategia electoral, y quien dirigió la campaña de Trump en Florida, será la que controle los tejemanejes de la Casa Blanca.
- Scott Bessent será el próximo Secretario del Tesoro. Se encargará de la supervisión de una amplia cartera que abarcará el comercio internacional, los impuestos, la regulación financiera y las sanciones estadounidenses. También se convertiría en el primer miembro del gabinete abiertamente LGTBIQ, confirmado por la Cámara Alta, en una administración republicana.
- Stephen Miller será el próximo subdirector de Política de la Casa Blanca. Fue el arquitecto de las políticas de separación de familias migrantes y la prohibición de entrada a personas de países de mayoría musulmana durante el primer mandato de Trump. Ahora es el ideólogo de los planes de deportaciones masivas. Es autor de polémicas frases como “Estados Unidos para los estadounidenses y solo para los estadounidenses”.
- Tulsi Galbbard, será la nueva directora de Inteligencia Nacional, venida de las filas demócratas, ocupará un cargo de rango ministerial, y supervisará la comunidad de inteligencia estadoundiense con sus múltiples agencias, entre ellas la CIA, la NSA o las divisiones de inteligencia del FBI.
- Pete Hegseth será la persona que mande en el Pentágono. Presentador de Fox News, es una elección poco convencional para dirigir las Fuerzas Armadas más poderosas del mundo. Sin experiencia internacional, Hegseth es veterano de las guerras de Irak y Afganistán y ha expresado su oposición a los programas “woke” que promueven la equidad y la inclusión.
- Kristi Noem será la nueva Secretaria de Seguridad Nacional. Desde su cargo tendrá la tarea de supervisar una agencia en expansión que controla desde el sistema de Protección Fronteriza de Estados Unidos y el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas hasta la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias y el Servicio Secreto de Estados Unidos.
- Thomas Homan será el encargado de velar por la impermeabilidad de las fronteras. Estuvo al frente de la agencia de migración (ICE) durante el primer mandato de Trump y fue el encargado de deportaciones en el Gobierno de Barack Obama. También participó en la política de separación de familias y ha prometido más redadas en centros de trabajo para detener a indocumentados, abriendo la puerta al uso de militares.
- Robert Kennedy Jr. será el nuevo Secretario de Salud. A Kennedy Jr. se le conoce por sus teorías de la conspiración sobre las vacunas y Trump lo ha calificado como “un tipo fantástico” y con buen conocimiento sobre los pesticidas y el medioambiente.
- Chriss Wright ocupara el cargo de Secretario de Energía. Es un petrolero y gran donante republicano que ha cuestionado la existencia de la crisis climática y defendido los combustibles fósiles, a los que considera, según ha indicado en medios estadounidenses, como “necesarios” para la sociedad, mientras critica la transición hacia las energías limpias.
- Sean Duffy, como nuevo secretario de Transporte. Fue presentador de la cadena Fox News, ocupó un escaño en el Congreso de EE.UU. por el estado de Wisconsin, y participó en varios programas de telerrealidad, antes de desempeñarse como fiscal de distrito del condado de Ashland.
- Howard Lutnick es el nuevo secretario de comercio. El multimillonario y consejero delegado de la firma financiera Cantor Fitzgerald fue uno de los grandes donantes de Trump durante la campaña y se ha dado a conocer como un ferviente defensor de la agenda económica del líder republicano, incluidas sus propuestas sobre aranceles, que han generado preocupación en algunos sectores de Wall Street, de China y de Europa.
- John Ratcliffe dirigirá la CIA. Otro halcón para el puesto.
- Elise Stefanik será la nueva embajadora ente la ONU. Tras el estallido de la guerra en Gaza, Stefanik elevó su perfil de defensora de Israel convirtiéndose en un azote de los estudiantes propalestinos y de las universidades.
Estos son los nombres con los que Trump pretende construir su cesto. No son los mas preparados para dirigir sus carteras, ni los que acumulan mas experiencia para gerenciar las tareas que se les encomienda, pero si son todos ellos fieles al ideario de su líder. Todos ellos comprometidos con las políticas mas neoliberales y mas duras. Es mas que previsible la posibilidad de un giro radical en la política americana, con consecuencias globales en todos los ámbitos. Veremos como se concreta todo. El tiempo nos lo dirá.
Los Estados Unidos ya no lideran el mundo.
Puede que sea la hora de que otro país ocupe ese lugar. ¿China quizás?
Sea el que sea el que lo ocupe, mejor nos vendría un cambio en el estilo de liderazgo.
El mundo necesita ese cambio que nos lleve a un cambio en el estilo de vida.
Solo así podremos llegar a tener un futuro mejor para todos.
Fuente: Agencia EFE, Cronista
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