Capítulo 2. La relación entre retailer y poder adquisitivo

Luisondome

Mayoristas, o pequeño comercio...

La realidad es la que es, pero no debemos de vivir en la realidad que el mundo nos impone si esta no nos gusta, o no nos conviene. Uno de los elementos clave de la realidad actual son los bajos salarios que tienen la gran mayoría de los españoles. El salario medio en el año 2022 en España era de 2.128 euros/mes, pero con una gran variabilidad dentro del territorio nacional. Así vemos como el salario medio en el País Vasco es de 2,545 Euros mientras que en Extremadura es de 1,845 euros, 700 euros de diferencia entre uno y otro.

Evolución del Salario Mínimo Interprofesional en España


La otra realidad es que una gran mayoría de los españoles no llegan ni al salario medio, sino que tienen salarios que están por debajo de los 1.500 euros/mes, y con eso tienen que vivir la mayoría de las familias. Tres son los gastos principales a los que de entrada tienen que hacer frente: habitar, comer y desplazarse.




Hablemos ahora del primero de ellos: el hábitat. 

Dos formas hay para disponer de un lugar en que vivir: el alquiler o la compra. La mas básica es la de alquilar una vivienda. Pero los alquileres están por las nubes donde hay vivienda disponible, pues la escasez de pisos de alquiler es algo que ya empieza a ser lo habitual en las distintas ciudades y pueblos de España. La mala regulación de la compra y el alquiler residencial por parte de los gobiernos estatal, regional y municipal, ha hecho que gran parte de las viviendas disponibles hayan ido a parar al sector turístico, mucho mas rentable y seguro para el propietario de la vivienda que queda fuera del alcance de quien busca un piso para vivir. Y en el medio del problema, varios mayoristas, como Airbnb, Booking u otros.


Por otro lado, la adquisición de la vivienda también se ha vuelto imposible por varias razones. La principal de ellas, además de la carestía de la vivienda, es la dificultad para hacer frente al pago de las hipotecas, por la subida de los tipos de interés que han se han elevado desde tipos mínimos (entre 1 y 2%) a tipos de alcanzan el 4 o 4,5% de interés, triplicando la cantidad del recibo mensual, lo que pone en aprietos a muchas familias que antes vivían desahogadas.




Pasemos al segundo de los elementos: la manutención y los gastos generales. 

Debemos entonces de hablar en primer lugar de la cesta de la compra, pues ir al supermercado se ha vuelto una tarea imposible, toda vez que el dinero disponible no estira. Hemos tenido que adquirir nuevos hábitos de compra, prescindiendo de lo que nos gusta para adquirir únicamente lo que necesitamos, lo básico, y mirando cada precio para encontrar el mas económico. La leche, el pan, las verduras, de la carne, llegamos al pollo o al pavo. Del pescado, solo el congelado podemos permitirnos y como mucho una vez a la semana, y a veces ni eso. 


A veces las familias llegan a tal grado de escasez, que no pueden llegar a fin de mes, y se ven obligados a acercarse a las colas de Cáritas Diocesana a proveerse de lo imprescindible para alimentar a las familias. ¿Que familia puede alimentarse con un salario de 1.500 euros/mes, que es el de la mayoría de los españoles, y de ellos, muchos están por debajo de esa cifra? Recordemos que el salario mínimo en España para 2024 está en 1.123 euros/mes, pero que o todo el mundo cobra ese dinero, pues decenas de miles de trabajadores están con salarios inferiores a esa cifra.


Hemos pagado la vivienda: pongamos por caso que el alquiler nos lleva 400 euros, a los que hay que sumarle los gastos de agua, electricidad y gas, mas los gastos de comunidad. Pongamos entre 250 y 300 euros. Pongamos que la unidad familiar en este caso es de una pareja con un hijo. Para calcular la cesta de la compra, pongamos que el gasto mínimo es de 5 euros por persona y día. Nos lleva a disponer para la cesta de la compra de 450 Euros /mes. Ya tenemos que la vivienda se lleva los primeros 600 euros, la manutención se lleva 450, y ya casi hemos liquidado el salario mínimo, y nos restan 450 euros para agotar el salario medio. 



Llegamos al tercer gasto necesario, y es el de la movilidad. 

En este caso, la precariedad de los salarios de las familias ha sido tenido en cuenta por las autoridades municipales, y le han puesto remedio a la movilidad. En Madrid por ejemplo, los jóvenes, los desempleados y los menores tienen el transporte gratis. El resto pagará 6,10€ por la tarjeta de 10 viajes. Cada persona gastará entre 45 y 60 €/mes en transporte, lo que resta otros 120 € al presupuesto, quedando este reducido a un sobrante de 330€, poco queda para unas cañas y menos aún si restamos otros gastos mensuales como son los del móvil y otros. 


Cuando hablamos del sueldo común, estamos hablando de la clase media, ese territorio de fronteras tan elásticas e invisibles en el que puedes ver a uno de sus miembros en la cola del hambre, porque ese mes el salario no llega para adquirir los alimentos para la familia, y a otro de sus miembros comprando el último modelo de iPhone por un coste superior al salario medio. 


La mayoría de la gente gana lo que gana, algo que los grandes directivos de las empresas deben de obviar, porque en muchos casos las políticas estratégicas en las empresas del retail se hacen desde despachos que parecen alejados de la vida real, ocupados por habitantes de burbujas económicas con grandes salarios, que solo se relacionan con gente igual a ellos, y que observan la realidad mirando informes hechos por grandes consultoras. Y entonces se produce la gran desconexión: para entender el retail hay que ir a las tiendas y viajar en metro a primera hora de la mañana, y caminar por las calles, y observar. Hay que charlar con la gente de la calle y con los empleados de las tiendas. Ahí está la verdad de la vida, la que nos ayudará a comprender las necesidades reales de los consumidores. 

 

Por eso un retailer es afortunado cuando un consumidor entra en su tienda, bien sea esta física o digital, a comprar algo que necesita, o a darse gusto con un capricho.

 

El retail vive de que los consumidores tengan dinero y ganas de gastarlo. El mayor enemigo de los retailers no es su competidor sectorial, como suele pensar la mayoría: el gran enemigo de los retailers es la hipoteca cuya mensualidad se ha puesto por las nubes, y es la inflación, son las crisis económicas, y sobre todo es el paro, el mayor enemigo de todos, y lo son también los sueldos bajos o congelados de la clase media. El gran enemigo del retail es una clase media que esta empobreciendo mas y mas, como está sucediendo. 


 


Cuando la gran clase media sufre, el comercio se duele

 

El futuro del retail español en los próximos años, como el del resto del mundo, no hay que ir a buscarlo en desarrollos macroeconómicos, y en grandes proyectos digitales y en informes ultra-técnicos… Es mucho más sencillo de lo que nos explican: el futuro será positivo si crece el poder adquisitivo de la gran clase media, o negativo si ocurre lo contrario. Así de simple. Pero hay otro gran aspecto que también influye en lo que está por venir, y es la cuestión demográfica. En un país en estancamiento demográfico, es imposible que crezcan muchos sectores dentro del retail. El retail vive de que haya gente, cuanta más gente, más retail. Cuanta menos gente, menos retail. 


Como podemos ver, el planteamiento es muy simple. Solo tenemos que combinar adecuadamente los tres ingredientes de este cocktail económico:  clase media, poder adquisitivo y crecimiento poblacional, y nos sale la receta. Esto es lo que hizo un experto conocedor de este tema, Laureano Turienzo Esteban, Profesor, Presidente de la Asociación Española del Retail y Presidente del Círculo Iberoamericano del Retail, que desarrolló este preciso silogismo:

  • A mayor clase media con poder adquisitivo y crecimiento poblacional nos dará un retail con un futuro espléndido. 
  • Menos clase media con menos poder adquisitivo y poco crecimiento poblacional, y tendremos un retail en caída libre. 
La conclusión final es que debemos de hacer todo lo posible de manera generalizada y contributiva para cuidar y sostener el comercio minorista, que forma parte de nuestro estilo de vida tradicional, sin caer en la tentación de modas interesadas e impuestas por grandes corporaciones que pretenden cambiar nuestro modo de vida por otro mas cómodo supuestamente, para hacerse con todo nuestro dinero que iría a parar a unas pocas manos, por las consecuencias finales que ello tendría a la larga para todos nosotros. Demasiado poder en unas pocas manos carentes de toda ética, no es bueno para nadie, y eso lo sabe todo el mundo. Hagamos pues lo necesario para que esto no ocurra.


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