Acoso sexual y salarios: la paradoja del poder

Giulia Zacchia e Izaskun Zuazu



2 DE JUNIO DE 2023 

El efecto salarial de las condiciones de trabajo hostiles, principalmente en términos de riesgo de acoso sexual en el lugar de trabajo, debe considerarse y monitorearse como un primer paso crítico para hacer que las mujeres sean menos vulnerables en el trabajo y aumentar su poder de negociación.

La campaña de Twitter #MeToo señaló que el acoso sexual (SH) afecta a las mujeres en diferentes industrias y ocupaciones y sigue siendo generalizado en todo el mundo. El Convenio No. 190 de la Organización Internacional del Trabajo sobre violencia y acoso ha enfatizado la importancia del derecho al trabajo en un mundo libre de violencia y acoso. Y los efectos negativos y los costos del acoso sexual para las trabajadoras, los empleadores y la economía en general han sido ampliamente documentados. Las mujeres objeto de acoso sexual experimentan problemas psicológicos, de salud y de identidad que reducen su satisfacción laboral y su bienestar físico, psicológico y profesional. Sufren desplazamientos laborales y una mayor rotación que repercute negativamente en sus carreras profesionales.

Pero muy pocos estudios analizan el impacto del acoso sexual en los salarios. Nuestro nuevo documento de trabajo de INET investiga los efectos del acoso sexual en los salarios de las empleadas en la Unión Europea a la luz de la dinámica de las estructuras de poder en diferentes ocupaciones y los equilibrios de género en los lugares de trabajo.

De hecho, existen diferentes formas de acoso sexual que no se ajustan a la imagen estereotipada de arriba hacia abajo de gerentes masculinos que acosan a sus subordinadas. Por ejemplo, hay acoso sexual horizontal que ocurre de igual a igual e incluso acoso sexual de abajo hacia arriba que ocurre de subordinados a gerentes. La literatura sociológica identificó este último fenómeno como una consecuencia de las amenazas al poder de las mujeres en los puestos superiores, ya que amenazan el dominio masculino y la dinámica patriarcal más amplia en los lugares de trabajo.

En tales casos, el acoso sexual funciona para reducir a las mujeres a objetos sexuales y así socavar su autoridad. En nuestro análisis, destacamos la importancia de tener en cuenta explícitamente la dinámica de poder de género en el lugar de trabajo al observar las ocupaciones y la composición de género de la fuerza laboral al estudiar los costos económicos del acoso sexual.

Analizamos los datos individuales de las empleadas de la Encuesta Europea de Condiciones de Trabajo de Eurofound y encontramos efectos negativos estadísticamente significativos del riesgo de acoso sexual en los salarios de las empleadas. En Europa, el riesgo de sufrir acoso sexual impone una penalización salarial a las mujeres empleadas que aumenta las brechas salariales de género en los mercados laborales formales.

Este efecto negativo es mayor para los trabajadores altamente calificados en comparación con los trabajadores poco calificados. Además, la penalización salarial para las mujeres de cuello blanco altamente calificadas es especialmente grande. En estos casos, probamos empíricamente cómo el riesgo de acoso sexual reduce la prima salarial de los puestos ocupacionales altos para las mujeres considerando tres escenarios:

  • Lugares de trabajo donde la mayoría de los puestos más altos están ocupados por hombres;
  • Lugares de trabajo donde la mayoría de los puestos más altos están ocupados por mujeres;
  • Lugares de trabajo donde hay un equilibrio de género en los puestos superiores.

Descubrimos que el mayor impacto negativo es generalizado en los lugares de trabajo donde la mayoría de los puestos principales están ocupados por hombres. Las mujeres que trabajan en trabajos contrarios a los estereotipos tanto en términos de ocupación (puestos de alto nivel) como en lugares de trabajo fuertemente masculinizados son severamente penalizadas porque experimentan consecuencias más severas de los riesgos de acoso sexual en sus salarios. Por lo tanto, el acoso sexual puede considerarse un costo adicional para las mujeres que podría disuadirlas de ingresar a trabajos altamente calificados dominados por hombres. Las consecuencias para los mercados laborales formales son un aumento de las brechas de género y una mayor segregación horizontal y vertical de género.

Nuestro análisis empírico apunta a interacciones complejas entre estructuras de poder de género que se ven afectadas por factores adicionales además del acoso sexual. Comprender la interseccionalidad compleja del acoso sexual requiere un análisis cuidadoso de estas causas fundamentales y consecuencias socioeconómicas. En última instancia, esta comprensión mejorada puede informar a los legisladores, los sindicatos y las asociaciones de mujeres para ayudar a representar a las mujeres y a los trabajadores más vulnerables y garantizar lugares de trabajo justos y decentes.

El análisis cuantitativo del acoso sexual sigue siendo un gran desafío porque todavía no tenemos datos comparables internacionalmente. Además, la frecuente normalización de la violencia, los diferentes niveles de conciencia y los diferentes estándares de tolerancia en las sociedades reducen la disposición de muchas mujeres a definir sus experiencias como acoso sexual real. Las diferentes normas sociales locales son, por lo tanto, un problema persistente para los investigadores. Aunque las estadísticas oficiales a veces son solo la punta del iceberg, la investigación tiene que empezar en alguna parte. Nuestro artículo intenta esto para el contexto europeo.


Sobre las autoras:

Giulia Zacchia es Profesora Asistente de Economía, Departamento de Ciencias Estadísticas de la Universidad Sapienza de Roma

Izaskun Zuazu es Investigadora Postdoctoral del Instituto de Socioeconomía de la Universidad de Duisburg-Essen


El artículo original se puede leer en inglés en INET

El artículo ha sido traducido por L. Domenech

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