Bruselas golpea de nuevo a las flotas española y portuguesa de pesca

Luisondome


Imagen: Ricardo Grobas


Hoy el editorial de Faro de Vigo titula que "Europa debe de rectificar su veto injustificado a la pesca de fondo", y así debe de ser, porque la puesta en servicio de su Acto de Ejecución de la Dirección General de Pesca de la Comisión Europea es una tropelía. La cuestión está espléndidamente expuesta en dicho Editorial, que por supuesto apoyo, pero no se tiene en cuenta el trasfondo de este asunto, que está en los entresijos de intereses que se mueven "como pez en el agua" por los estanques de Bruselas, y las rémoras (Lobbistas) que van pegadas a los grandes peces (altos cargos) de los que dependen las decisiones que se toman sobre los océanos y mares

Por supuesto que Bruselas nos da un buen palo con este veto, pero tras esta decisión hay otros culpables: me refiero a los que se benefician de esta medida que ha sido provocada por estos a través de su lobbies: Son los armadores de los países como Holanda, Dinamarca, Noruega e Irlanda, y es su industria transformadora. El mercado de pescado y marisco español es el mayor de Europa, y es auto abastecido en su mayoría por la extracción de la flota española. Es un mercado en el que todo el mundo quiere estar presente, y para ello hay que hacerse hueco echando a codazos de nuestro mercado a las empresas españolas. Este es el fin de la medida.


¿Por que nos pasa esto una y otra vez?


Porque el Estado Español no tiene el nivel de presencia y de presión que se necesita para defender los intereses de nuestro país en las Instituciones Internacionales, y especialmente en Bruselas, y mas especialmente aún en ciertos sectores, como el primario, porque otros como el energético bien que están representados, pero son la excepción. Me explico:


Innumerables empresas de distintos sectores, y especialmente el sector primario, repito, defienden sus intereses directamente en Bruselas mediante la contratación de costosos pero eficientes bufetes de abogados dedicados al Lobbing o Cabildeo, los cuales manejan una valiosa agenda de contactos que son los que hacen posible que gracias a su actividad, se cambien el rumbo de las políticas, siempre para favorecer los intereses de las empresas que defienden en detrimento de otras a las que de manera intencionada pretenden perjudicar para echarlas del mercado.


Ni las empresas españolas, salvo algunas excepciones de grandes empresas, invierten en cabildeo o lobby, ni el Estado sabe como luchar contra estas prácticas para poder contrarrestar su capacidad de influencia que perjudica nuestros intereses.


Cuando esto sucede, pasa lo que pasa. Ganan los lobistas, y una vez mas una decisión de Bruselas hace que haya un ganador y un perdedor. 


Por supuesto que al echar a las flotas de nuestras aguas, uno de los ganadores son los bancos de peces, pero estos no son clientes de los Lobbies, el ganador es el país que quiere entrar en nuestro mercado con sus productos provenientes de sus pesquerías, y el perdedor es España, y especialmente la flota gallega, la mas importante y la que mas va a sufrir las consecuencias.


A ver si aprendemos de una vez la lección, y hacemos lo que hay que hacer para ganar las batallas de Bruselas: hacer lo mismo que hacen los países que ganan este tipo de batallas. Copiarles el método, y a ser posible mejorarlo. Solo así saldremos ganando cuando saltemos al ring de Bruselas a pegarnos con otros, aunque solo sea para la defensa propia.

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