Apple y el smartphone como servicio

Enrique Dans

 

IMAGE: Jeremy Bezanger - Unsplash

Marzo 26, 2022. Lo escribí por primera vez en 2019, y todo indica que Apple se dispone a convertirlo en realidad: un iPhone ofrecido no como producto que se vende sin más, sino en forma de un servicio de suscripción vinculado a una protección de Applecare en forma de seguro, por el que un usuario paga mensualmente hasta el momento en que decide sustituir su terminal por uno más moderno. 

La idea, que podría extenderse a otros productos de hardware, podría ser lanzada a finales de este año 2022 o a principios de 2023, y permitiría a la compañía trabajar de manera mucho más organizada su modelo de reciclaje de materiales y componentes, dado que la mayoría de las devoluciones tendrían previsiblemente lugar en el momento en que se lanza un nuevo modelo de terminal. 

Dada la dinámica de ventas del iPhone, un producto de que las cifras de ventas de Apple dependen en gran medida, un modelo de servicios tiene toda la lógica del mundo: las ventas del iPhone siguen una modelo de dientes de sierra en el que los picos corresponden a las primeras semanas tras la salida al mercado de un nuevo modelo. En el caso de que una porción significativa del mercado decida optar por un modelo de suscripción, estaríamos hablando de una estabilización de los ingresos muy interesante en la cuenta de resultados de la compañía, cuya tesorería pasaría a depender de un modelo mucho más previsible, recurrente y sostenido en el tiempo. 

Una idea, la de la «rent economy», no poseer nada y simplemente alquilarlo, que cuenta con numerosos detractores, pero que es indudablemente parte de una tendencia con mucho sentido en escenarios tecnológicos que se mueven a gran velocidad. Si bien un smartphonepuede durar sin demasiados problemas varios años en buenas condiciones de funcionamiento, la realidad es que son muchos los usuarios que, por las razones que sean (desde acceso a nuevas funcionalidades a simplemente esnobismo) prefieren cambiarlos en cuanto es presentado un modelo nuevo,. En esas condiciones, la situación ideal es que todos esos terminales sean devueltos a la marca en un momento determinado, y puedan ser convenientemente reciclados en las mejores condiciones posibles, incluyendo la recuperación de todos los materiales que sean posibles. 

Cada vez son más las compañías, desde el software hasta la moda o la automoción, están tratando de optar, con mayor o menor éxito, por este tipo de programas de conversión de productos en servicios, que configuran un futuro en el que, aparentemente, poseeremos cada vez menos cosas como tales, como forma de defendernos ante un avance de la tecnología que convierte a muchos productos en obsoletos de manera acelerada. Por un lado, una expansión del consumismo que permite que estrenemos muchas más cosas con mucha mayor frecuencia. Pero por otro, en determinadas categorías, una manera de poner orden en el mercado y de facilitar el reciclaje y la transición hacia una economía cada vez más circular, en la que muchos componentes se reincorporan a la cadena de valor de manera más planificada. 

¿Cómo de atractivo puede ser para un determinado segmento del mercado llevar siempre en el bolsillo el último modelo de smartphone, a cambio de pagar recurrentemente una suscripción mensual hasta que llega el momento de cambiarlo? Pues todo indica que Apple, tras el éxito en su transición cada vez mayor hacia el mundo de los servicios (15.76% del total de ingresos en el primer trimestre fiscal de 2022), parece estar dispuesta a apostar por ello. 


This article is also available in English on my Medium page, «Apple doesn’t want you to buy an iPhone anymore«.

El artículo original se puede leer en el Blog de Enrique Dans

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