La Cadena de suministros en crisis
Por Luis Domenech / Oct 18, 2021
Hoy ya nadie se sorprende de que la pandemia sigue creando problemas en el mundo que no vienen únicamente de lo que es la propagación de la infección en si misma, sino que estos problemas se producen como consecuencia de la ruptura del frágil equilibrio que la economía y el comercio mundial tenían antes de la pandemia. Este equilibrio se ha roto tanto por el lado de la demanda, como por el de la oferta.
EN EL LADO DE LA DEMANDA
Hoy vemos como, cuando ya se está hablando de la recuperación económica, una vez que gracias a la vacunación masiva de la población, el virus parece tener mas dificultades para propagarse, sin embargo aparecen signos de debilitamiento de la cadena de suministro que están causando estragos en la producción de bienes y en la distribución de estos, debido a la escasez de materias primas, y de componentes básicos para la producción, a lo que hay que sumar los retrasos en la recepción de las mercancías que obligan a parar plantas de fabricación enteras, y añadiéndole a todo ello el encarecimiento de la energía y de los transportes, el mismo tiempo que la demanda de productos se incrementa por el inicio de la recuperación económica y el aumento del consumo.
Vemos las consecuencias cuando las cadenas de montaje de automóviles paran por falta de componentes. Lo vemos cuando las fábricas de productos tecnológicos paran la producción porque no les llegan los chips que necesitan. Lo vemos en la falta de reposición de artículos porque los barcos que transportan las mercancías que se venden en Europa o América no llegan por el atasco que hay en los puertos de descarga, o por la falta de camiones para transportarlas por falta de camioneros. Lo vemos en los supermercados con estanterías vacías de carne, frutas y verduras, o en las gasolineras que no tienen combustibles para que los conductores puedan llenar los tanques de sus vehículos, etc.
Toda esta cascada de hechos económicos, serán causa de una subida de precios, que condicionará el ajuste salarial para el próximo año y en un marco de políticas muy expansivas de los gobiernos, lo que sería un caldo de cultivo idóneo para el incremento de la inflación tras años de estabilidad en los precios, y todo ello junto en un contexto de tasas de intereses muy bajas e incluso negativas, lo que propicia el endeudamiento masivo y progresivo que veremos después como se liquida cuando las tornas cambien.
Estos son los hechos que están alterando el equilibrio comercial por la parte de la demanda. Pero los equilibrios en la parte de la oferta también tienen sus problemas.
EN EL LADO DE LA OFERTA
Cuando aparecen los desequilibrios en el lado de la oferta, las soluciones que hay que aplicar tardan mucho mas tiempo en llegar, pues son mas lentas y difíciles de desarrollar, ya que en primer lugar requieren de cambios estratégicos en las empresas que implican decisiones que son muy difíciles de tomar ante entornos que son inciertos, y que ademas suelen requerir fuertes inversiones para implementar las soluciones propuestas, que necesitan mucho tiempo para ponerse en marcha.
Lo vimos en las guerras del Oriente Próximo, que afectaron al precio del petróleo, que elevó sus precios fuertemente y de descolocó a los mercados de materias primas, lo que repercutió en la industria, en la logística, y que desató una crisis inflacionaria allá por los años 70. Por aquellas fechas, muchas empresas cerraron, y el paro creció de manera masiva hasta bien entrada la década de los 80.
Hoy el contexto mundial es distinto, pues vivimos en un mundo globalizado, y como tal se globalizan las cadenas de valor. Hoy por ejemplo, un barco que ha conseguido llenar sus bodegas de petróleo, o de componentes electrónicos, o de trigo, estará anclado en medio del mar esperando el mejor precio ofertado por su mercancía para decidir el puerto de destino y desembarco, y este tanto puede ser Rotterdam, Los Angeles, Algeciras o Durban en Surafrica. Se dirigirá a donde le haya ordenado el mejor postor. Estos cambios afectan, y de que manera, a la cadena de suministros.
Se entiende, por tanto, que para mejorar estas frágiles cadenas de suministros, tal y como hay están concebidas, se requieren de fuertes inversiones y de decisiones estratégicas que permitan asegurar la cadena de valor. Vimos como El Ever Green formó un tapón en el Canal de Suez y las consecuencias que tuvo. La semana pasada supimos del colapso de puerto de Los Angeles con mas de 60 megabuques fondeados en espera de muelle de atraque para descargar.
La Comisión Europea presentó el año pasado un Mecanismo de Inversión Estratégica que puede reducir esta vulnerabilidad, o al menos es lo que pretende, pero a la vez hay que mejorar la trazabilidad de los productos en las cadenas de valor, aun a pesar de que puedan reducirse sus ventajas competitivas, pero que a la vez les dará información de cada etapa de la cadena de valor, tanto en lo que afecta a los suministros que tienen que recibir, como a los productos que necesitan colocar en los mercados.
La pandemia causó una fuerte disminución de la demanda global, lo que llevó a las empresas a reducir su oferta. Hoy las tensiones son en sentido contrario, la incipiente recuperación económica está tirando de la demanda debido a un fuerte incremento del consumo, un tirón que la oferta no puede cumplir, y cuando se están movilizando los ahorros no gastados en el año y medio de pandemia.
Hoy los precios de la energía están por las nubles, y los del transporte andan por la estratosfera. En estas condiciones, va a ser muy difícil de contener una escalada de precios que llevaría a una espiral inflacionaria que nadie quiere. Lo que hagan los responsables económicos de las grandes potencias, y los ejecutivos de las grandes empresas, va a condicionar el futuro y el camino que tome el comercio mundial.
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